Opis:
Comenzamos la ruta adentrándonos entre maleza y rocas en el barranco, son quinientos metros que viene bien para calentar. El barranco hace un giro a nuestra izquierda y enseguida encontramos las grandes paredes. En primer lugar la cumbre del Álamo a 1181m. de altitud, donde se encuentra la Ermita de la Cruz. Toda la línea de esa pared, está sobre los mil cien metros. Grandes paredes que son retos para los buenos escaladores, con vías de escalada de diferentes niveles. Hay cuatro sectores principales: Jarama, La Gema, Rincón Gris y La Pepa. En el recorrido no paramos de bordear, saltar, trepar, todas las grandes rocas que dificultan el paso del barranco. Creo que nunca he pasado por el mismo sitio, es espectacular verte en ese lugar. Hay variedad de lugares por donde trazar el camino, busco el camino más rápido en las rocas en y asequibles. El trazado se puede hacer muy difícil o asequible, según por donde traces el camino. Llegamos a una zona que es trepada vertical (4+) en este lugar tengo que encordar a nuestra compañera Sooke con el arnés. Algún compañero aprovecha la cuerda, para subir más cómodo. Los siguientes tramos Sooke se sabe buscar por donde seguir. Siempre es aconsejable llevar una cuerda de 30 metros, por si alguien del grupo se le pone difícil alguna parte del trazado. Algunas rocas son inmensas, son del volumen de un autobús y se aprecia que han caído de lo alto de la montaña. Se nota que esta frecuentado por los escaladores, estos son respetuosos según se ve y no se nota la presencia humana excepto por la chapas de las vías abiertas. Una vez que se dejan los sectores de escalada atrás, es un lugar prácticamente virgen y donde se respira mucha tranquilidad. El paso fuerte que ha tenido el agua, apenas te encuentras indicios de que pase gente por allí. Hay momento que sigo la traza de los animales que cruzan el barranco buscando comida. El olor característico de la cabras y jabalí, que hace un momento estaban allí y al oírnos se marchado. Me da la impresión de que estamos a cientos de kilómetros de la civilización y que estamos viviendo una aventura cinematográfica. Alcanzamos los 635 metros de altitud, en dos kilómetros y medio recorrido. Vemos los pinos en uno de los márgenes, el barranco se estrecha como un embudo. Estas zonas son de muy difícil acceso y la naturaleza está bien resguardada. Andamos trescientos metros más y encontramos un obstáculo de 35 metros de altitud que bordeamos por el margen derecho, volviendo nuevamente al cauce una vez sobrepasada la dificultad. Ascendimos saltando y trepando por ellas unos 150 metros y al llegar a la parte alta, nos quedamos admirados de las formaciones de estalactitas y estalagmitas que había en la pared, esto quería decir, que todas las rocas desprendidas por donde estábamos subiendo habían sido una cueva y al derrumbarse quedaban estas bellas formaciones naturales al descubierto. Esta subida no tiene fin y a Sooke le era muy difícil cada paso. Abandonamos las rocas y girando en travesía hacía nuestra derecha, hasta que llegamos a una pequeña planicie con vistas al barranco. Eran más de las tres y medía y paramos a comernos unos bocatas y recuperar energía. Reanudamos la marcha, sin dejar de ascender por la loma entre esparteras. Conozco la zona y caminaba con un ángulo, hasta encontrar la vereda del Peñón Rodado. En poco tiempo, enlazamos con ella y un relax encontrar la senda que te lleva al coche. Fuimos descendiendo suavemente con a la ermita de la Santa Cruz de Huécija. Posteriormente, al pasar una curva del camino de herradura, nos llegan unas impresionantes vistas sobre el desierto de Tabernas, Sierra Alhamilla, Sierra de los Filabres y los pueblos de Instinción, Íllar, Rágol, Bentarique, Terque, Alicún, Huécija, entre otros. A partir de aquí el sendero comienza a descender con fuertes pendientes zigzagueando. Pasamos junto a las ruinas de un cortijo, a pocos metros, el sendero queda justo debajo de la ermita de la Santa Cruz y frente a la vía de La Pepa. A partir de este momento, desaparece la visión del barranco, para seguir descendiendo dirección Este. Una vez terminado el sendero, éste llega a un carril de tierra, aquí hacemos un giro de 180 grados y giramos dirección sur. Continuamos unos 500 metros por él y vemos los cortijos de Los Molinos, abandonamos el carril y por una vereda atravesamos la cortijada y llegamos a la carretera donde están nuestros coches.