Barranco Fuerte ó Infierno (Entre Alhama de Almería y Huécija)

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Opis:
Hoy toca el Barranco Fuerte, es agresivo y diferente según la época del año. Dejamos el coche en el Barrio de la Luna, junto a la carretera (A-348) Benahadux - Alhama de Almería. En el paraje también conocido como Los Molinicos, a unos cinco kilómetros de Alhama. Estamos a 555 m. de altitud y una vez preparados y dictadas las consignas comenzamos la aventura. Nos adentramos en el barranco, despacio por un vergel de flores y plantas. Hace fresco por la umbría que dan de las grandes paredes que lo forman a la entrada. Es una buena zona de escalada con vías de todo tipo, siendo la más conocida “La Pepa” Lo que más me atrae de este barranco es, lo diferente que es cada poco tiempo. Se han desprendido rocas, tan grandes como camiones sobre el cauce. Hay mucha maleza, retama, zarzas que imposibilita el paso y lo mejor es buscar rocas asequibles para saltar o trepar. De inmediatamente comienzan la diversión, hay que ir saltando por las piedras, es un lugar virgen. Afortunadamente los escaladores que frecuentan el inicio del barranco, lo tienen muy bien cuidado. Apenas te encuentras indicios de que pase gente por allí, te da la impresión de que estas a cientos de kilómetros de la civilización. Conforme vas salvando rocas agachándote, empinándote, arrastrándote, escalando, el fresco desaparece y se convierte en gotas de sudor. Cada curva te ofrece una visión geológica diferente, el agua ha ido dejando su huella por todo el barranco con formaciones increíbles y de gran belleza. Puedes observar a la vez, la erosión del tiempo. En según qué tramos, el paso se hace difícil; Inmensas rocas y árboles arrastrados, bloquean prácticamente el barranco. Esto nos hace en ocasiones, salir del cauce e ir en travesía por las paredes laterales. Llevábamos hora y media de ruta, unos 2,30 km. andados y a 635 m. altitud, el barranco se estrecha como un embudo y por encima comenzamos a ver grandes pinos repoblados. Andamos trescientos metros más y encontramos un obstáculo de 35 m. de altitud que bordeamos por el margen derecho, volviendo nuevamente al cauce una vez sobre pasada la dificultad. El barranco no lleva caudal, aunque encontramos varias pozas a nuestro paso de las últimas lluvias. Cuando llevamos 4,10 Km. de recorrido saltando y trepando, estamos sobre los 795 m. de altitud. Desde aquí el barranco se ensancha, pero esta todo lleno de maleza, principalmente de zarzas que te bloquean el paso. Al llegar a una zona llamada Los Predicadores, el barranco cambia de nombre para llamarse barranco Del Agua. Llevamos casi ocho kilómetros (950 m. de altitud) abandonamos el barranco, para comenzar a ascender por su margen derecho. Conforme ascendíamos, vimos en el otro margen del barranco, algunos cortijos con tierras labradas. Ascendimos por veredillas de animales hasta los 1050 m. de altitud donde alcanzamos el sendero o camino de herradura “Vereda del Peñón Rodado” llevábamos 9,10 Km. de recorrido. Paramos a comer, disfrutando de las vistas sobre la sierra de Gador. Una vez recuperadas las fuerzas, reanudamos la marcha llaneando por el sendero. Está bien definido el camino, tiene murillos de piedra ó paratas que lo marcan. Se nota lo antiguo que es, hay tramos que están empedrados, pero el matorral hace que haya que ir salteando las matas, siguiendo la traza del sendero. Íbamos paralelos al barranco, mirando hacia abajo, veíamos todo el recorrido que habíamos hecho horas antes, en ocasiones, incluso veíamos el propio cauce del barranco. Mirando de frente, nos acompañaba la visión de la ermita de la Santa Cruz de Huécija. Llega una curva del camino y se te abre un mundo por delante. Parece que estas en un avión y las panorámicas son inmensas: Sierra Alhamilla la tenemos de frente, con el cerro Alfaro delante, un poco a la derecha el Cabo de Gata y a la izquierda la Sierra de los Filabres. Entre medio el Río Andarax y todo el desierto de Tabernas. Más cerca a nuestros pies, las poblaciones de, Bentarique, Terque, Alhabia, Huécija y Alhama de Almería, etc. A partir de aquí, se acabo el llaneo y el sendero comienza a descender zigzagueando. Pasamos junto a las ruinas de un cortijo, a pocos metros, el sendero queda justo debajo de la ermita de la Santa Cruz y frente a la Pepa. A partir de este momento, desaparece la visión del barranco, para seguir descendiendo dirección norte. Tras descender un fuerte desnivel, el camino te lleva a un carril de tierra, aquí hacemos un giro de 180 grados y giramos dirección sur. Andamos unos 500 metros por él. Cuando vemos los cortijos que hay por encima de donde dejamos esta mañana los vehículos, abandonamos el carril y por una vereda atravesamos la cortijada y llegamos a la carretera donde están los coches. Una ruta increíble a veinte minutos de la capital almeriense, te hace sentir que estas en otro planeta.